El exceso de protagonismo les hace olvidarse de su verdadera misión
AUTOR: AN
En la Roma clásica el oficio de augur, estaba sólo reservado a sus sacerdotes más prestigiosos, las consideradas mentes más lucidas y respetadas del momento alabadas por una capacidad indudable para revelar el futuro. No se iniciaba campaña guerrera, ni se tomaban decisiones relevantes, sin el beneplácito del augur; aunque es verdad que entraron en cierta decadencia cuando se permitió que otros entes, como los jefes militares o los magistrados, realizaran sus propios augurios.
En nuestros días, los nuevos adivinadores han cambiado su aspecto, han modificado sus formas. Sin embargo, su capacidad de predecir el futuro sigue mostrando las mismas deficiencias y su prestigio ha caído en la decadencia más absoluta hasta lo esperpéntico. Los augures romanos utilizaban el vuelo de las aves como método infalible para sus predicciones. En la actualidad, la verdad es que no sé cual es el método “científico” que utilizan los tertulianos de los programas matinales para sus sesudos pronósticos…, eso sí, sus resultados no han cambiado: aciertan con una aleatoriedad tal que recuerda a las grandes ruletas presentes en los casinos.
Vivimos tal inflación de pronósticos que, lógicamente, alguno habrá de acertar. Es pura ciencia probabilística. Lo que no se puede permitir es que se dediquen a este insano ejercicio adivinatorio nuestros políticos, a los que pagamos para que intenten mejorar nuestro bienestar con los medios de que disponen a su alcance y que, por cierto, nosotros les facilitamos (cuestión que en demasiadas ocasiones parecen olvidar).
La vicepresidente tercera del gobierno Nadia Calviño dice que el impacto de la crisis del COVID-19 tendrá forma de «V» asimétrica, siendo así el 2021 un año de fuerte crecimiento. Nuestro presidente, más prudente, dice que será «justa y en positivo” (aunque no lo entiendo muy bien), y «sostenible e inclusiva» (madre mía…). A veces dicen que parece ser que será en «U» o incluso en forma de «L». Por favor… ¿se puede ser mas necio?
La pregunta es pura retórica.
¿Por qué no reconocen que realmente no saben cual será el futuro? Les aseguro que la idea de la certeza suele crecer en medio de la necedad y, muy lejos de esos oscuros lugares, está el reconocimiento de que realmente no disponen de herramientas fiables para afirmar con esa infame seguridad como se dibujará (ni tan siquiera en sus trazos más gruesos) nuestro mañana. Sin hablar de la “nueva normalidad» (Por favor, ¿Qué estupidez es esa?) ¿Por qué no se limitan a comprometerse de verdad a que pondrán todos los medios para que salgamos lo mas rápidamente y con las menores heridas de guerra posible de esta gravísima situación?
En términos de PIB, el gasto de los hogares viene suponiendo el 58-59%, mientras que el gasto público viene rondando el 42% del mismo. Lo que necesitamos es que cumplan su parte y hacerlo de la forma mas eficiente posible (y les puedo asegurar que no lo es teniendo el grupo de gobierno más numeroso de la historia), y poner los medios para que nosotros cumplamos con la nuestra. Eso es lo realmente importante.
Hace muchos años que se sabe que la subida de impuestos no cuadra bien con la resolución de situaciones de crisis económica y que el consumo tiene tanto que ver con la renta disponible actual, como con los niveles de renta que se espera tener en el futuro. Por lo tanto, la subida de impuestos prometida por el señor Iglesias (su dogmatismo y falta de conocimientos es cada vez más palmaria), no es buena noticia en ningún caso.
Quién se puede creer a estas alturas que ustedes gastarían nuestros ingresos de forma más eficiente que nosotros mismos. De verdad que lo dudo. Han dado ya demasiados pasos en la dirección contraria en los últimos años. Nos encontramos en una situación de emergencia nacional que no se resuelve con “tonterías”, aunque suenen grandilocuentes y revolucionarias. ¿Ni siquiera en esta situación van a ser capaces de aparcar sus intereses de partido?
Aunque no nos creamos que su vocación sea la de trabajar para los ciudadanos, hagan su trabajo con honradez. Al menos, tal y cómo lo intentamos el resto de los ciudadanos. Su función es resolver las ineficiencias del mercado y crear las condiciones necesarias para su mejor funcionamiento. La parte más importante del PIB necesita de un clima de confianza que, desde luego, no están generando.
Por favor… dejen de querer ser los protagonistas de la película. Los protagonistas somos nosotros (tanto para lo bueno como para lo malo) y ustedes únicamente unos actores secundarios con ínfulas de creer saberlo todo y de estar constantemente en posesión de la verdad. Reconozcan el inevitable espacio que le corresponde a la incertidumbre y pónganse a trabajar por nuestro bienestar, y no por su intento desesperado y continuado por restar votos a sus contrapartes.