Un gran porcentaje de los estudiantes de las grandes universidades españolas localizadas en Madrid, Salamanca o Barcelona provienen de diferentes regiones. Por ello, se crea la necesidad de arrendar un piso, normalmente compartido con otros compañeros, durante estancias medias que rondan entre los nueves meses y los cuatro años. Además, el estímulo de becas internacionales y nacionales (Erasmus y Séneca respectivamente) promueven la movilidad de un número mayor de estudiantes entre diferentes ciudades.
A la gran demanda de este tipo de alquileres hay que sumarle condiciones beneficiosas como la baja morosidad de los inquilinos o la flexibilidad del contrato respecto a los alquilados de larga estancia. Por ello, la posibilidad de alquilar un piso a universitarios se ha vuelto una gran opción para los caseros españoles. Pero, para realizar el proceso de manera eficiente y evitar futuros problemas, es necesario analizar una serie de requisitos que debe reunir un piso para estudiantes:
Establecimiento de normas
Para evitar problemas mayores y posibles confrontaciones, es recomendable adoptar una serie de normas y cláusulas antes de la elección de inquilinos. Permitir el alojamiento a fumadores o personas con mascota son dos ejemplos de condiciones que puede elegir el arrendador previamente para realizar un filtro y encontrar de esta manera a usuarios que se adapten al perfil buscado.
Realización del inventario
Antes de realizar el alquiler de la propiedad, es necesario contabilizar todos los elementos que incluye. De esta manera, tanto el propietario como los inquilinos podrán tener consciencia de todos los objetos presentes y los futuros desperfectos que puedan sufrir. El desgaste del inmueble puede ser causa del cobro de una parte de la fianza al finalizar el contrato, pero para ello, es necesario crear un documento que muestre el inventario y formalizarlo en el contrato.
Contrato seguro
El contrato es una de las bases principales en cualquier alquiler, pero con estudiantes todavía más. Es importante redactar un contrato que contenga los derechos y obligaciones del casero y los alquilados. Aún pudiendo resolver los pequeños problemas y discusiones de manera oral, siempre es recomendable tener un contrato que asegure los aspectos más vitales y sirva como argumento inquebrantable. En él, es aconsejable pautar los actos permitidos y los prohibidos durante la estancia.
Si existe algún tipo de dificultad a la hora de crear el contrato, este puede ser gestionado mediante una empresa especializada en alojamientos universitarios. Esta opción siempre será eficiente, debido a que cuentan con la experiencia y el conocimiento necesario para asegurar una experiencia favorable.
Equipamiento necesario
Un paso indispensable es crear una residencia atractiva para los estudiantes. Por ello, es imprescindible aportar una decoración moderna y sencilla que sea un estímulo para la gran parte de los jóvenes inquilinos. También hay que recalcar la trascendencia que supone equipar adecuadamente el piso y las habitaciones. Los dormitorios deben ser un lugar de descanso y de estudio a la vez, con elementos imprescindibles como escritorios, armarios o estanterías. Además, la cocina tiene que estar adaptada al número de personas que residen en la casan y es necesario cuidar otros aspectos como la temperatura o la limpieza.
En definitiva, alquilar un piso o apartamento a estudiantes conlleva una serie de modificaciones y aspectos diferentes respecto a otros sectores. Sin embargo, estas varianzas no son excesivamente costosas y pueden convertirse en una clave para atraer a este público y conseguir un alquiler estable y flexible a medio plazo en las ciudades universitarias.