
Las personas de edad avanzada y los jubilados han encontrado una solución para paliar los efectos de la crisis y conseguir liquidez ante una situación de las pensiones precarias. Se trata de la nuda propiedad, una operación inmobiliaria que consiste en la venta de la vivienda, pero con un relevante detalle, el vendedor podrá disfrutar del inmueble hasta su fallecimiento.
En los últimos cuatro años, la nuda propiedad ha aumentado un 52% anual y se ha posicionado como una de las estrategias más habituales entre los jubilados para conseguir ingresos. De esta manera, el propietario vende su vivienda (por un precio menor al establecido por el mercado del momento), consiguiendo dinero rápido. Esta operación se ha convertido en un fenómeno ascendente y puede suponer una gran oportunidad tanto para la parte compradora como para el vendedor.
Ventajas para el vendedor
La nuda propiedad es uno de los métodos más rápidos y simples para obtener dinero en poco tiempo, dado que en el notario se puede especificar que la compra se produzca mediante un único pago. Además, el propietario cuenta con la ventaja de poder residir en el inmueble hasta su fallecimiento, por lo que podrá continuar disfrutando de su vivienda, aunque la haya vendido.
Inconvenientes para el vendedor
El vendedor tendrá como principal desventaja la rebaja del precio de su vivienda. La venta rápida del inmueble provocará que su precio sea menor al precio real del mercado. Además, hay que añadir que los herederos se verán afectados dado que su futuro patrimonio será más reducido y no tendrán derecho a reclamar la vivienda. Por ello, este tipo de operaciones se realizan cuando el propietario, por ejemplo, es una persona de edad avanzada que necesita liquidez y la venta no supone una gran pérdida para sus herederos.
Ventajas para el comprador
Claramente la principal ventaja del inversor es el ahorro sustancial en la compra de la vivienda. El precio total por obtener la vivienda puede llegar a ser un 40% más bajo de lo estipulado, por lo que es una oportunidad de oro para un comprador que cuente con una buena liquidez y no tenga prisa por disfrutar de la vivienda. Además, el precio de la vivienda puede aumentar con el tiempo, por lo que crece su valor de mercado y se puede convertir en una operación todavía más rentable.
Inconvenientes para el comprador
A pesar de parecer a simple vista una operación extraordinaria para el inversor dado su bajo precio, la principal desventaja es que no se podrá disfrutar de la casa hasta la defunción del usufructuario. Por ello, el comprador se arriesga a tener que pasar largos periodos de tiempo sin poder disfrutar de la vivienda.